Divulgación y participación pública
La ciencia no se hace en el vacío. Nuestro trabajo se sostiene sobre la confianza del público, el apoyo público y, sobre todo, la curiosidad del público. Casi todas las personas que acabamos dedicándonos a la ciencia lo hacemos porque alguien, en algún momento, nos despertó la fascinación por lo desconocido. Es nuestra responsabilidad transmitir esa sensación de maravilla y protegerla de la desinformación, la indiferencia o la desconfianza.
La neurociencia auditiva es un campo privilegiado para esta tarea. Se sitúa en el cruce entre la física, la biología, la ingeniería y la medicina, y aborda preguntas que pertenecen a las cuatro. Aunque forma parte íntima de nuestra vida cotidiana, poca gente sabe que un oído sano emite sonidos, que los médicos registran esos sonidos para evaluar la audición en recién nacidos o que incluso pérdidas leves de audición aumentan hasta cinco veces el riesgo de demencia.
🎵 Música y ciencia — proyectos colaborativos de arte sonoro
En colaboración con la artista sonora conceptual Lola de La Mata, contribuí a la creación del álbum Oceans on Azimuth, en el que mi voz aparece en el tema Calibration God. Este trabajo gira en torno al proceso activo de la audición.

El precio que pagamos por la extraordinaria sensibilidad y selectividad en frecuencia de nuestro sistema auditivo son los productos de distorsión: ilusiones auditivas que, paradójicamente, forman parte intrínseca de cómo percibimos el sonido. El primero en describirlas fue el violinista Giuseppe Tartini en 1755. Mientras afinaba su violín, oyó un tono que él no estaba tocando. Los llamó “terzi suoni”—terceros sonidos—porque, al tocar dos notas, percibía claramente una tercera. Esto invita a preguntarse: si todos los oídos generan de forma natural estas distorsiones, ¿hasta qué punto han influido las no linealidades de la audición en la historia de la composición musical?

En Oceans on Azimuth, Lola compuso música nueva utilizando productos de distorsión y emisiones otoacústicas espontáneas—sonidos que nuestros oídos emiten de forma natural—que registramos directamente de sus oídos.
Este trabajo le valió a Lola el Sound of the Year Awards 2023 en la categoría Most Unpleasant Sound, un galardón que celebra fenómenos sonoros de todo tipo procedentes de todo el mundo. El proyecto, y las entrevistas asociadas, han aparecido en varios medios, entre ellos la revista Musicworks y la revista Klof.
Oceans on Azimuth también le valió a Lola el Oram Award 2024, nombrado en honor a la pionera de la música electrónica Daphne Oram, que celebra a mujeres y personas de género diverso que trabajan de forma innovadora en la intersección entre sonido, música y tecnología. Formar parte de este proyecto ha ampliado mi investigación hacia nuevos cruces entre ciencia y música, una exploración que sigo persiguiendo con entusiasmo.
🏳️🌈 Activismo LGBTQ+ en STEM
La energía necesaria para manejar las emociones que surgen de sentirse diferente en un entorno poco acogedor es enorme. Esa energía se desvía del foco que hace falta para prosperar, y consume el espacio mental que las personas necesitan para sumergirse de lleno en sus pasiones y destacar en su trabajo científico. Si de verdad queremos ser inclusivos, tenemos que crear ambientes abiertos y de apoyo en los que cada cual pueda dirigir toda su energía hacia donde la desee y aportar lo mejor de sí a la ciencia.
Desde que me incorporé a la Rockefeller University soy miembro de la junta de RockOUT, la asociación LGBTQ+ del campus. He contribuido a organizar nuestro evento anual del Orgullo en el campus, que ofrece un espacio en el que las personas LGBTQ+ dedicadas a la ciencia pueden celebrar su identidad en un entorno acogedor, y el panel Out in Science, donde científiques queer de la academia y la industria comparten sus experiencias navegando espacios de liderazgo en STEM que con demasiada frecuencia resultan aislantes.
Aunque hemos avanzado mucho, queda mucho por hacer. En la mayor parte del mundo las condiciones siguen siendo muy difíciles, y el progreso —tanto en Occidente, donde suele percibirse como más avanzado, como a escala global— está lejos de ser una trayectoria estable y garantizada. Estoy decidido a aportar mi grano de arena para impulsar ese progreso: el mundo académico debe defender la racionalidad frente al oscurantismo.
